Tareas tras el divorcio (parte I): historias de sofá.

Familia unida

Imágenes cortesía de Ambro en FreeDigitalPhotos.net

Érase un sofá…

Érase un sofá confortable que compartíamos en casa. A veces lo usurpaban los niños con sus juegos, en ocasiones leyendo, incluso saltando si no estábamos atentos…

Érase un sofá en el que veíamos la televisión por la noche, en el que conversábamos de lo último de las noticias; en el planificábamos nuestra próxima excursión familiar viendo el tiempo,…

Érase un sofá en el que charlábamos de trabajo, o de los niños; discutíamos sobre si habíamos sido demasiado duros o demasiados blandos en cualquier decisión, decidíamos si le apuntábamos un año más a pintura o quién iría a recogerle a la salida del cole al día siguiente; organizábamos nuestra agenda para que tú le pudieras llevar al pediatra y no faltar yo a una reunión importante o concluíamos que teníamos que ser más organizados con las meriendas, que tomaban demasiado azúcar…

Érase un sofá… o una mesa en la cocina, o la cama, o el coche, o la sidrería donde tomábamos algo el fin de semana, o el paseo por el bosque en otoño recogiendo hojas… mil y un lugares eran nuestro cauce de comunicación…

S139RI04·3APero un día el sofá (en cualquiera de sus múltiples formas) se queda solo.

O lo compartimos a ratos, con un peque, con el otro… pero nos cuesta volver a sentarnos juntos.

Familia dividida divorcio

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Familia-dividida-divorcio.

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Nos separamos, nos divorciamos, ya no encontramos momentos ni lugares para conversar… Algunos temas quedan en el pasado, evidentemente, ya no nos corresponde compartirlos.

Pero, ¿qué sucede con los niños?

Seguimos siendo su Papá y su Mamá… seguimos teniendo que tomar decisiones acerca de su educación, de su crianza, de su salud, de su vida…

Es tarea de los dos, es responsabilidad de los dos.

Y llega el momento en que tenemos que construir un nuevo cauce de comunicación. A pesar de lo difícil que resulta vernos las caras cuando todavía hay heridas sin cicatrizar, a pesar de lo complicado que es encontrar algún tema en el que podamos ponernos de acuerdo (si ya antes resultaba complicado, ahora…), a pesar de que preferiríamos no tener que tomar decisiones en común: «Cada uno en su casa que decida y punto, así discutimos menos.», a pesar de todo ello, hay algo que nos une: el amor que sentimos por nuestros hijos, ese sentimiento que desde que les tuvimos con nosotros nos recorría de la cabeza a los pies y nos hacía desear que nunca les pasara nada, nos hacía preocuparnos al ver el columpio tan alto, o «enfadarnos» con otro personajillo de apenas dos años que le hacía llorar en el parque… porque sus lágrimas las sentíamos nuestras…

Es el amor que sentimos por nuestros hijos/as lo que va a hacernos capaces de salir adelante. Es el amor que sentimos por ellos/as, nuestro deseo de protegerles, de desear que ellos se sientan bien, lo que va a hacer que seamos capaces de dar un paso más, de buscar una nueva forma de comunicarme con el padre o la madres de mis hijos/as.

Esa es una de las principales tareas a las que nos enfrentamos cada día después del divorcio: construir una nueva manera de comunicarnos buscando el bienestar de nuestros hijos/as.

De todo ello hablaremos en «Adaptándonos: dos casas, una familia».

Si te estás separando; si hace tiempo que lo hiciste pero la comunicación con el padre o la madre de tus hijos necesita mejorar; si quieres proteger a tus hijos/as del conflicto; si, a pesar de tus esfuerzos, ves que no va a resultar fácil encontrar un nuevo modo de comunicarse,…  llámanos e te informaremos.

separacion_divorcio

Es posible seguir siendo familia… aunque vivamos en casas diferentes.

Tel. 640 82 05 86

adaptandonos@sumando.org

 

 

 

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