Somos plastilina… acuérdate en el divorcio.

Somos plastilina… acuérdate en el divorcio.

María Riega

Las personas somos como la plastilina. Cada golpe, cada palabra fuera de tono, puede dejar una huella, que luego hay que «arreglar». Al divorciarse nuestras palabras pueden convertirse en instrumentos para crear una nueva relación como padres corresponsables de la crianza de sus hijos… o ser armas arrojadizas… ¿A qué te apuntas?

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