Mediación y Protección a la Infancia

No resulta fácil rescatar alguna idea de lo que están siendo estas Jornadas Internacionales de Mediación. ¡Serían tantas! (Como ya os contábamos en https://www.facebook.com/sumandointervencionpsicosocial?ref=hl) De cada charla, de cada taller, tendríamos materia para hablar largo y tendido. Pero algún apunte es necesario compartirlo ya, para que no se quede en el tintero, ese tarro de buenas ideas que tenemos en SUMANDO, que se nos llena día tras día y que necesitamos compartir poco a poco.

 

Y como no podía ser menos, para los que nos conocéis en persona, en cursos, talleres,… traemos a la palestra la Protección a la Infancia, uno de los grandes ejes de nuestro trabajo.

 

Porque hablar de Mediación Familiar es hablar de Protección a la Infancia. Sí, me diréis que algo toca el tema pero que cuadra más en resolución de conflictos o en el ámbito de la justicia, por poner dos ejemplos. Y no es desencaminado el comentario.

 

La mediación familiar es un método de gestión de conflictos basado en que la toma de decisiones sobre el conflicto la asumen sus protagonistas: no importa si el desacuerdo es entre una abuela y sus hijos adultos, los dos miembros de una pareja que se rompe, el hijo adolescente y sus padres,… El mediador acompaña en el proceso hasta que llegan a acuerdos (o incluso si no llegan), porque hablamos más de gestión que de resolución. Esa es una de las grandezas de la mediación, porque ¿quién conoce mejor a sus hijos, a sus padres o el propio conflicto? ¿Quién sabe mejor que los propios interesados detalles que a cualquier actor ajeno a la escena se nos escaparían de las manos? De acuerdo, no profundicemos más en que efectivamente tiene que ver con la gestión de los conflictos. ¿Y con la justicia? No voy a abrir ahora el debate de este tema que daría para muchas entradas de blog, pero es cierto que en España se resuelven en el ámbito de la justicia (o se acumulan en algunos casos) temas que no siempre necesitarían pasar por un juzgado. Mediación comunitaria entre vecinos, intergeneracional,… distintos tipos de mediación que contribuyen a construir justicia, en ocasiones sin necesitar de un juzgado…

 

Pero vamos a centrarnos en lo nuestro: la protección a la infancia. Hablando de Mediación Familiar en los procesos de separación y/o divorcio con hijos, la mediación rescata un eje central que Carla Mucha, del Instituto Portugués de Mediaçao Familiar definía ayer en su exposición así:

«Cada niño necesita a sus dos padres en el timón de su vida.»

 

Y la mediación puede ayudar a que padre y madre asuman las responsabilidades que les tocan, a permitir a niños y niñas crecer en dos casas, pero formando parte de una sola familia, de un solo barco en el que timón y velas van en la misma dirección, en el que van soltándose las amarras poco a poco, dejando que cada niño y niña vaya construyendo su propio camino con la seguridad de contar con personas que les protegen y cuidan, que les dan seguridad, estén más cerca o más lejos, convivan con ellos más tiempo o menos tiempo.

 

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