A lo largo de la vida los niños y niñas adoptados se convierten en adolescentes y después jóvenes que en algún momento se plantearán la necesidad de saber más acerca de sus orígenes. Esto no quiere decir que todos los jóvenes adoptados decidan buscar a su familia biológica y establecer una nueva relación con ellos, pero sí que necesitarán información que les ayude a completarse, a entenderse mejor, a construir lo que son. A algunos les servirá con la información de la que disponen sus familias, otros necesitarán profundizar más.
Pero incluso entre los que desean profundizar más, existe un gran abanico de posibilidades. Habrá adolescentes y jóvenes que simplemente quieran saber más, consultar archivos o conocer personas de su pasado como educadores o antiguos acogedores; otros quieren enfrentarse a los porqués y buscan explicaciones; algunos desean saber si tienen más hermanos, y también los hay quienes quieren sentarse frente a su madre biológica y hablar. Lo cierto es que todo ese abanico de posibilidades se centra en la necesidad que sienten muchos de éstos que fueron niños y niñas adoptados y ahora son adolescentes, jóvenes o adultos, respecto a conocer más información acerca de sus orígenes. Las experiencias de otros países y la investigación sobre la búsqueda de orígenes señalan como un importante factor protector en dicho trabajo la figura de mediadores familiares especializados que faciliten el camino emprendido por estas personas.
Nuestro objetivo fundamental, el de los profesionales que ejercemos esa labor de mediación, es el de aprovechar esos momentos de “revoltura emocional”, de crisis, como revulsivo que les ayude a recolocar las piezas que contribuyan a completar y reforzar su identidad. Para ello, ofrecemos un apoyo psicosocial especializado que les ayuda a aceptar y, posteriormente, integrar su historia personal.
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