¿Quién soy?

Todas las personas necesitamos saber quiénes somos. De un modo u otro a lo largo de nuestra vida nos vamos respondiendo a esa pregunta. Los niños y niñas, desde que son pequeños, también van construyendo su identidad. Saber de dónde venimos o los orígenes de nuestra familia responde, por tanto, a una necesidad natural.

Imagínate un juego de construcción tipo al lego. Así vemos en Sumando a las personas.

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Desde pequeños vamos construyendo nuestra propia figura acompañados de las figuras relevantes de nuestro entorno. Todos lo hacemos. Cuanta más información hay en nuestra casa de nuestro pasado, de familiares que ya no están con nosotros, cuantas más fotos hay, cuantas más piezas tenemos a mano,… menos urge rebuscar nuevas piezas o colocarlas de algún modo (que no urja no quiere decir que no se piense en ello o que no se vaya a hacer nunca). La necesidad está ahí pero cada persona la va a ir cubriendo de forma diferente. Unos antes y otros después. Unos al llegar a la adolescencia y otros ya de adultos, a veces condicionados por el temor a hacer daño a tus padres.

Cuando sabes que eres adoptado, que tuviste otra familia, que tu familia biológica tuvo dificultades y problemas concretos que originaron que tú crecieras en una nueva familia, esas piezas de “lego” se van colocando a medida que crecen. Un clima de diálogo y comunicación abierto en casa con tus padres favorece que cada niño o niña, cada adolescente vaya construyendo su identidad, preguntando cuando lo necesita o callando si es necesario pero sabiendo que puede volver a preguntar en otro momento.

La búsqueda de orígenes

Así se enfrenta la búsqueda de orígenes. Lo más habitual es que sea en torno a la adolescencia cuando más quieres completar esa figura que has estado construyendo. Mientras eras pequeño han sido tus padres los encargados de cuidar de tu historia y ahora ha llegado el momento de hacerla tuya.identidad-origenes

La forma de cubrir esta necesidad es diferente. Si la persona adoptada vino de otro país la búsqueda hoy en día comienza a menudo por Internet o a través de aquellas personas que fueron relevantes en su pasado: educadores de centros por ejemplo o la propia Administración del país de origen. Evidentemente así sucede también en los casos de Adopción Nacional. Ahí está la responsabilidad de las Administración Pública competente de cada comunidad autónoma: apoyar y ayudar a gestionar la información que los jóvenes y/o adultos adoptados les demanden sobre su historia previa. Para seguir esta búsqueda las personas adoptadas pueden rodearse no solo de su padres y la Administración sino también de otros profesionales, mediadores familiares especialistas en la búsqueda de orígenes que llegado el caso pueden mediar en las situaciones que se plateen. Es fundamental el apoyo emocional además del técnico.

En todo caso, que alguien quiera saber de su historia previa no implica necesariamente que quiera conocer a personas de su pasado. Cada uno recorre su propio camino.


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