Tareas tras el divorcio (parte II): la responsabilidad parental.

Podríamos hablar de mil y una tareas a las que dos personas tienen que enfrentarse después de decidir separarse:

  • cómo nos organizaremos económicamente: casi nunca es tan sencillo como “lo tuyo es tuyo, lo mío es mío…” porque a menudo existe también… ¿lo nuestro?
  • dónde viviremos: si la casa era de ambos, si es alquilada, si es comprada, si nos quedan años de hipoteca, si nos la dejaron tus padres, si…
  • ¿y el trabajo?: quizá en algún momento tomamos decisiones de pareja: tú haces esto, yo hago esto otro; quizá uno de los dos renunció a su trabajo para trasladarse a la ciudad donde el otro trabajaba… “es que gana mucho más” o “así estaremos más cerca de mis padres cuando tengamos hijos” o… cualquier otra razón que una pareja consideró válida en su momento, puede caerse pro su propio peso cuando nos enfrentamos a una situación diferente,…
  • ¿y la parte emocional? Porque es muy difícil pensar que dos personas se desenamoran justo a la vez , o justo a la vez deciden que ya no quieren seguir juntos,… Ese divorcio emocional no se suele producir simultáneamente… y eso implica que cada uno tiene que resolver (y en los tiempos que cada persona necesita) esa cuestión: pueden aparecer sentimientos como inseguridad, incapacidad, confusión, alivio, culpabilidad,…

Pero, ¿qué ocurre si además hemos tenido hijos en común?

Por si fuera poco todo lo anterior, mientras nuestros hijos nos necesiten, allí estaremos. Y eso ¿qué implica?

Que sí o sí, es tarea de cualquier padre o madre, asumir su RESPONSABILIDAD PARENTAL: hablamos de cuidar, de atender, de criar, de educar a nuestros hijos…

Vamos a desgranar alguna ideas que nos muestran hasta dónde llega el alcance de nuestra tarea una vez  hemos decidido separarnos:

  • Necesitan saber y además saberlo por nosotros siempre que sea posible. Nos toca contarles a los peques nuestra decisión: es más, tenemos que adaptarnos a la edad y nivel de comprensión de cada uno de nuestros hijos.
  • Necesitan entender. Contarlo no es suficiente. ¿Pensabas que reunirles un día y soltarles la noticia era lo complicado? Pues no, la tarea viene después: necesitan que estemos allí para ayudarles a entender qué va a suponer el divorcio en su vida real, en sus circunstancias concretas.
  • Necesitan pasar tiempo con ambos. Sabemos de los planes, de las circunstancias, de las complicaciones… pero, a priori, necesitan disfrutar de los dos, igual que nosotros, padres y madres, necesitamos disfrutar de tiempo suficiente con nuestros hijos.
  • Necesitan saber que siguen contando con su familia. Los adultos se separan, pero los niños no se divorcian de sus abuelos, de tíos, de primos, de amigos. Es tarea de los padres cuidar que nuestros hijos puedan seguir en contacto con el resto de sus familiares.
  • Necesitan permanecer alejados del conflicto directo. No precisan datos, no necesitan ver más discusiones, no necesitan sentirse en el centro del problema… ¿No nos separábamos también para evitar estas escenas delante de ellos? Pues asumamos nuestra responsabilidad de adultos.
  • Necesitan que les escuchemos. Papá y Mamá deben estar al quite: atender sus llamadas de atención, sus necesidades emocionales y no solo las materiales, sus cambios de comportamiento,…
  • Necesitan adaptarse. Y adaptarse puede implicar llorar, protestar, expresarse, enfadarse, salir adelante, creer, confiar, asumir nuevos roles (cuando toquen),…
  • Necesitan papás y mamás fuertes y débiles, de los que lloran y sonríen, de los que enfrentan la vida y buscan soluciones para salir adelante, de los que se equivocan y reconocen, de los que piden perdón y dan gracias, de los buscan,…

 

  • Añade tú qué más crees que necesitan los niños y niñas tras la separación de sus padres…

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Y si quieres que sigamos hablando de este tema, anímate a llamarnos (640 82 05 86 o a escribirnos adaptandonos@sumando.org).

“Adaptándonos: dos casas, una familia” te ofrece un espacio donde escuchar las necesidades de los niños y las niñas tras la separación de los padres.

Porque su bienestar nos importa.

Porque podemos asumir las responsabilidades que nos tocan.

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