Disciplina positiva

A los profesionales que formamos Sumando nos apasiona utilizar y compartir herramientas que faciliten la crianza y fortalezcan los lazos familiares.

Una de estas herramientas es la disciplina positiva, propuesta que promueve una crianza respetuosa, empática y saludable para todos los miembros de la familia.

La disciplina positiva es un enfoque educativo que pone el foco en enseñar a los niños y niñas a tomar decisiones responsables y a gestionar sus emociones, sin necesidad de recurrir a castigos. A diferencia de métodos tradicionales, que a menudo se basan en recompensas y sanciones, la disciplina positiva prefiere crear entendimiento entre los integrantes de la familia y solucionar los problemas de manera constructiva (sí, es posible hacerlo).

La base de la disciplina positiva es que el comportamiento de los niños está influenciado por su entorno emocional, social y cultural – vamos, que somos las personas adultas las que creamos el marco en el que ese comportamiento ocurre.

Y en lugar de castigarlos, la disciplina positiva propone enseñar a los niños las consecuencias –reales– de sus acciones y les da herramientas para que aprendan de sus errores, promoviendo su capacidad de autorregulación y autonomía, buscando soluciones, enfocándose en el futuro.

No es disciplina positiva si no hay:

  •       Respeto mutuo: en lugar de imponer reglas de forma autoritaria o arbitraria (o las dos), se fomenta una relación basada en el respeto. Las infancias son vistas como colaboradoras activas en la convivencia familiar, lo que les da un sentido de responsabilidad.
  •       Enseñar, no castigar: hablamos mucho con las personas bajitas de la casa. A través del diálogo, se busca que comprendan las razones detrás de las reglas y las consecuencias de sus comportamientos. En lugar de castigos, se les enseña cómo corregir sus errores de manera reflexiva.
  •       Solución de problemas: en la Disciplina Positiva se valora el aprendizaje de las infancias a la hora de encontrar soluciones a los conflictos. Esto les ayuda a manejar mejor sus emociones y a lidiar con situaciones difíciles de manera creativa.
  •       Fomentar la independencia: porque uno de los objetivos clave de la DP es que los niños aprendan a tomar decisiones por sí mismos, dentro de un marco de respeto y seguridad, lo que contribuye al desarrollo de su autonomía y de su autoestima.

Si te interesa fomentar la disciplina positiva en tu casa, practica esto:

  •       Escucha activa: escuchar a las demás personas es esencial para que se sientan comprendidas. Cuando nos detenemos a escucharles de verdad, les damos la oportunidad de expresar sus emociones y problemas, lo que les ayuda a encontrar soluciones por su cuenta.
  •       Conectar antes de corregir: cuando una infancia se comporta de manera inapropiada, en lugar de imponer una sanción, centrémonos en conectar. A veces, un abrazo o una palabra amable y un poco de tiempo puede ser la clave para que el niño o la niña se calme y reflexione sobre lo sucedido.
  •       Establecer normas claras y consistentes: es fundamental que las reglas sean claras y coherentes. Las infancias deben saber qué se espera de ellas, pero también deben entender por qué existen esas normas.

La disciplina positiva es la filosofía detrás de todas nuestras propuestas. Y lo es porque tiene el potencial de transformar las dinámicas familiares. Crea un ambiente de respeto, empatía y comunicación en el que la familia fortalece los vínculos afectivos que los unen. Aprenden a educar y a tratarse con amor, paciencia y comprensión.

Si te interesa aprender más sobre la disciplina positiva y cómo aplicarla, en Sumando ofrecemos talleres y grupos de apoyo para familias que buscan herramientas para criar con amor y respeto. Próximamente comienza un grupo en Pola de Siero. 

Anímate a transformar tu crianza. Resultados positivos garantizados. 

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