Desde la Asociación Sumando trabajamos con profesionales cuyo trabajo está en servicio de la educación y protección de la infancia. En este sector, las bajas laborales no afectan a la producción, afectan al bienestar de la infancia. Niños, niñas y adolescentes necesitan referentes estables que no siempre encuentran.
Muchas bajas laborales en los entornos educativos están relacionadas con las dificultades de los profesionales para gestionar las emociones directamente vinculadas a la alta responsabilidad que tienen entre sus manos. En cambio, se espera de los profesionales de la educación sean referente de estabilidad emocional para los niños, niñas y adolescentes con los que trabajan. Son modelo para ellos y ellas.
Los entornos educativos no pueden permitirse profesionales que no gocen de una buena salud emocional pues en muchas ocasiones el estrés del profesional se traduce en prácticas educativas que generan entornos de inseguridad afectiva y por tanto, «mal-tratantes».
La sensación de desbordamiento emocional que experimentan algunos profesionales ante las manifestaciones conductuales de los chicos y chicas con los que trabajan los convierten en modelos educativos que afrontan los problemas de los niños, niñas y adolescentes mediante el castigo, las coacciones, las amenazas y los gritos.
En Sumando llevamos un tiempo trabajando en el diseño e implementación de programas dirigidos a ayudar a los profesionales de los entornos educativos: centros de menores, centros escolares, puntos de encuentro familiar… a regular con éxito sus emociones relacionadas con la intervención que realizan.